El Remanso

domingo, agosto 06, 2006

3. Nunca fue fácil

Nunca fue fácil
ser diferente,
ser el mejor,
ser un ejemplo.
Nunca fue fácil
ser optimista,
ser responsable
y volver a empezar.
Nunca fue fácil
reconocer errores,
arrepentirnos
y pedir perdón.
Nunca fue fácil
ser paciente,
“remar contra la corriente”
sin cambiar el rumbo.
Nunca fue fácil
Ser transparente, auténtico,
sencillamente virtuoso,
prudente y respetuoso.
Nunca fue fácil
Servir desinteresadamente,
luchar por los que no luchan
y “sembrar el bien sin mirar a quién”.
Nunca fue fácil
Renunciar a los atractivos terrenales,
y “mantenerse de parte de la justicia
aunque se desplomen los cielos”.
Nunca fue fácil
Ser un cristiano valiente,
mantenerse en las huellas del maestro
sin desviar la vista del cielo.
Nunca fue fácil
Avanzar sin tropiezos en la vida,
pero Jesús está a tu lado
y con un “silvo apacible y delicado”, te dice:

Nunca fue fácil, no,
pero, inténtalo,
porque vale la pena.

Enero de 1996