El Remanso

domingo, agosto 06, 2006

11. S ú p l i c a

¡Dios Mío!
que me conoces,
que me buscas,
que me amas:
¡Examíname!
penetra en mi corazón,
conmueve mis pensamientos.
No sueltes tu diestra
de mi frágil mano.
Haz brillar mi noche oscura
como la más clara luz del día.
Convénceme de las maravillas
que has destinado para mí
cuando mis días aún no existían.
¡Dios, de las celestes alturas!
Conóceme,
búscame,
ámame,
con la profundidad de tu hermosura.
Amén.

(Junio 1992)